Luz Adriana Giraldo Gómez
Psicóloga – Inspiradora de vida
Ideación Suicida: El Momento Crucial
“Buenas tardes doctora, vine a agradecerle por todo y a despedirme, yo ya tomé la decisión de terminar con mi vida, no le encuentro sentido y estoy sufriendo mucho”. Esas fueron las palabras de mi consultante hace algunos años al ingresar a la sala, llevábamos ya alrededor de tres consultas y no puedo negar que, como psicóloga, escuchar eso era casi como un golpe al corazón ¿Cómo así? ¿No hay nada qué hacer? ¿Cómo puedo ayudarle en este momento?
Respiré profundo, sí, eso que recomendamos hacer, también funciona para nosotros, conté hasta diez y le pregunté qué la había llevado a tomar la decisión. Me respondió que ya llevaba días sintiéndose así y que realmente no veía un cambio significativo.
Inmediatamente empezamos a revisar las emociones que había sentido, las personas que la habían acompañado y los eventos que la habían hecho sentir peor. También le recordé lo trabajado durante las sesiones y evidenciamos que, aunque eran pasos pequeños, sí había avanzado un poco: Reconocía las emociones y había encontrado a alguien que la hacía sentir escuchada.
Durante el resto de la consulta el panorama fue mejorando, permitimos sentir y expresar las emociones que tenía, pensamos, de manera conjunta en un plan de acción y llegamos a la conclusión de que necesitábamos tener paciencia: paciencia con el proceso, paciencia con las situaciones y más importante aún, paciencia consigo misma.
La Realidad del Suicidio
¿Mi consultante estaba llamando la atención? ¿Fue un simple capricho? Cuando nos encontramos con personas con ideación suicida, lo primero que tradicionalmente nos han hecho pensar es que es una “rabieta” y que no hay que prestarle demasiada importancia ¿Qué hacer entonces?:
El suicidio es una realidad, como tal, debe ser tratada. Es decir, no es un mito o una historia inventada por novelistas, es un hecho que se vive día a día y, por tanto, hablarlo y no esconderlo, permite buscar alternativas y hacerle frente a la situación.
Por lo general, quien tiene ideas suicidas, una ideación suicida, se ha enfrascado y ha llegado a una visión de túnel, vemos todo oscuro, lo que impide encontrar soluciones a su malestar, no encuentra opciones, no hay alternativas, no ve la luz al final del túnel y, en este sentido, más que la muerte, lo que desea es dejar de sufrir.
Redes de Apoyo y Comunicación Abierta
Bajo esta mirada, reconocer las emociones y las redes de apoyo, resulta fundamental a la hora de evitar un suicidio. Saber qué siento y quién puede ayudarme, favorece el sentirnos acompañados, escuchados y comprendidos.
Si aún piensas que quien refiere querer morir solo está llamando la atención, te invito a darle esa atención que necesita, por supuesto, de una manera sana, empática y adecuada.
Pedir Ayuda, Dejarse Ayudar y HABLAR SIN VERGUENZA de la situación con personas que te escuchen empáticamente, puede ayudarte a aclarar las ideas, abrir el panorama y encontrar otra forma de ver la vida; seas tú quien lo vive o sea una persona cercana que se acerca a ti, siempre es útil saber qué hacer.
Otra Forma de Ver tu Hoy
Durante estos años, mi consultante se enfocó en encontrar otras opciones frente a su situación, entendió su malestar, el origen y las emociones que generaba, a estas las aceptó poniéndole nombre y permitiéndose sentirlas. Activó su red de apoyo y encontró factores protectores en su trabajo, en la oración y la actividad física y, finalmente, habló, cuantas veces fue necesario (en terapia y con las personas más cercanas), de sus ideas de muerte, de su malestar emocional y de las enseñanzas que iba adquiriendo, estas cada vez tomando más fuerza y restándole a los pensamientos suicidas.
Ahora, un par de años después, mi consultante dice ver la vida de manera diferente, no llegan ideas suicidas ni de muerte, sino más bien, se siente agradecida por lo que tiene y reconoce todo lo que ha aprendido de ella. Aún acude a Otro Rumbo Fundación y HABLA SIN VERGÜENZA conmigo sobre sus emociones, sus dificultades cuando las tiene y sus pensamientos, encuentra en cada cita un lugar seguro y se siente todavía escuchada.
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